“Dale a tu hijo el regalo de la inteligencia y tendrá éxito en la vida. Da a tu hijo el regalo de la autoestima y tendrá más confianza en sí mismo y será más feliz”.

Capítulo 12            INTELIGENCIA EMOCIONAL


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12.18 Celebra las cosas positivas.


A todos nos gusta que nos feliciten por nuestros logros y tendemos a intentarlo con más ahínco, a hacer las cosas mejor y a divertirnos más cuando tenemos a alguien que nos anima. Nuestros hijos no son diferentes a nosotros. A tu pequeño le encanta que le animes, que le aplaudas cuando hace las cosas bien y que le silbes cuando ha intentado hacer algo con mucho ahínco. Es realmente importante que le prestes atención y que realmente intentes validar tanto los éxitos de tu hijo como sus esfuerzos.

Reconocer sus esfuerzos es muy importante a la hora de ayudarle a construir su autoestima. No necesitas alabar directamente a tu hijo todas las veces. Simplemente hacerle caso cuando puede oírte es otra forma de animarle a exhibir un comportamiento positivo. Por ejemplo, puedes decir a su padre: “Sam recogió su habitación hoy él solito” y dejar que el padre se vuelva hacia él y le muestre lo orgulloso que está de su hijo. Es mucho más efectivo alabarle por algo en particular que en general, por lo que, en vez de decirle simplemente “Bien hecho”, puedes decirle: “Has hecho un gran trabajo limpiando tu habitación”. Esto aumentará la autoestima de tu hijo y reforzará este comportamiento para que se repita en el futuro.

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Celebrar las cosas positivas también es una forma genial de imponer disciplina y es un método estupendo para animar a tu hijo a repetir los comportamientos que quiere que exhiba en el futuro. El refuerzo positivo es una técnica específica utilizada para modificar el comportamiento de tu hijo reforzando sus comportamientos positivos en vez de castigar las cosas negativas que hace. Por lo tanto, una forma de disciplina positiva supone celebrar las cosas buenas. Dado que esta forma de disciplina no recurre a la vergüenza, el ridículo o la crítica, es más probable que esta forma de educar aumente la confianza en sí mismo de tu hijo y su autoestima.

Básicamente, el refuerzo positivo supone proporcionar al niño una recompensa cuando exhibe un buen comportamiento. Por ejemplo, le darás una recompensa (como una chuchería, por ejemplo), cuando tu hijo se coma todas sus verduras, que es lo que quieres que haga. Si no se come todas las verduras, no tiene recompensa. La forma más útil de implementar esta técnica es con el uso de cuadros de estrellas que te ayuden a seguir la pista de los comportamientos deseados que quieres que tu hijo exhiba y te dará un lugar donde puedes recompensar a tu niño delante de todo el mundo. Cada vez que haga algo bueno, le recompensarás y le alabarás. Si simplemente ignoras y no prestas atención a los comportamientos negativos de tu hijo y solo recompensas sus comportamientos positivos, podrás modificar sus actuaciones al mismo tiempo que aumentas su confianza en sí mismo y su autoestima.

12.19 Apoya los riesgos sanos.

Sin arriesgarse nadie alcanza el éxito. Por eso es tan importante que animes a tu hijo a probar cosas nuevas. Intentar cosas nuevas también genera un sentimiento de curiosidad sobre el mundo y mejorarás su autoestima. Para mejorar su autoestima, es bueno que le animes a realizar actividades que hagan que cooperen con otras personas en vez de competir contra ellas, aunque competir de forma sana no es algo malo.

En este sentido, puede que desees que tu pequeño se una a un grupo de voluntarios o a una actividad en equipo que le ayude a trabajar con otros niños y a reconocer las virtudes de los demás. Asumir riesgos puede incluir hacer que tu hijo pruebe alimentos diferentes, hable con nuevas personas o intente practicar deportes tales como patinar, por ejemplo.


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Tu hijo necesitará tu apoyo cuando se aventure en un territorio desconocido para él y necesita saber que hacer cosas nuevas y explorar nuevos territorios no le hará daño. Es haciendo esto como desarrollará herramientas clave para su vida futura y ganará en autoestima. Esto significa permitir a tu hijo aventurarse lejos de su zona de confort sin que tú interfieras demasiado. Intenta no ayudarle mucho cuando se muestre algo frustrado a la hora de resolver un problema. Cuando le ofreces tu ayuda demasiado pronto, le comunicas implícitamente que no puede hacerlo solo, por lo que haces que dependa de ti y afectas de forma negativa a su confianza en sí mismo.

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Puede que sientas que actúas en contra de todos tus instintos paternales si dejas que tu hijo haga algo que tú sabes que va a acabar en un fracaso. Después de todo, queremos que nuestros hijos tengan éxito en todo lo que hacen. Pero es vital que demos a nuestros hijos la oportunidad de retarse a sí mismos y de tener éxito –así se forja la confianza en uno mismo. E incluso un fracaso muy pequeño es una oportunidad para crecer, siempre y cuando tu pequeño sepa que estás ahí para apoyarlo y ver cómo lo intenta otra vez. De muchas formas, esto significa alabar su esfuerzo y no solo el logro que haya podido conseguir. Alabando solo el logro puede hacer que el niño tenga miedo de intentar hacer algo, por si fracasa y te decepciona. Queremos que nuestros hijos sepan que el esfuerzo que ponen en algo es tan importante como el logro en sí mismo. Cuando tu hijo sabe que le apoyas y que sus esfuerzos son importantes, será más proclive a intentarlo de nuevo, por lo que le proporcionarás la autoestima necesaria para asumir riesgos continuamente.

12.20 Deja que cometa errores.

Cuando le animamos a ser independiente, a explorar y a asumir riesgos, también tenemos que permitir que cometa errores. Cometer errores es una parte natural del proceso de aprendizaje –después de todo, aprendemos de nuestros errores. Esta es una parte esencial del, proceso de crecimiento y del aumento de nuestra confianza. La forma en la que los padres reaccionan ante los errores de los niños marcará la forma en la que los niños aprenderán en el futuro y tendrá un efecto vital sobre la autoestima de tu hijo.

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Recuerda que si queremos potenciar la autoestima de nuestros hijos, necesitamos reconocer sus errores mostrándoles un amor incondicional que diga: “Te quiero, incluso cuando cometes errores”. Es realmente importante que lidies con sus errores de forma sensible. De nuevo, recuerda que quieres atacar el comportamiento y no al niño. Por lo tanto, si tu hija ha perdido su jersey porque olvidó metérselo en su mochila antes de salir del colegio, intenta no decirle algo como: “Es que eres tan despistada…”. En vez de eso, di algo como: “Si se te olvida meterte las cosas en la mochila, es muy fácil que las pierdas”. Anímala a pensar en lo que puede hacer de forma diferente en un futuro para evitar que esa circunstancia vuelva a repetirse. De esta forma, aumentarás su autoestima y le enseñarás que sus fallos son también oportunidades para aprender a hacer las cosas mejor en un futuro. Como hemos dicho anteriormente, los padres enseñan valiosas lecciones sirviéndoles de ejemplo a sus hijos, por lo que es muy importante que tú actúes como quieres que lo haga tu pequeño cuando cometes un error. Admítelo, di lo que podrías haber hecho de forma diferente y recupérate del fallo cometido. Esto le dice a tu hijo que todo el mundo comete errores y que todos tenemos dificultades que superar, haciendo que sea mucho más fácil para tu hijo admitir sus propios fallos y dificultades.

Otras estrategias que te ayudarán a aumentar la inteligencia emocional, la autoestima y el CI de tu hijo.


12.21 Ten una mascota.

Las mascotas no solo proporcionan una fuente de consuelo y amor incondicional a tus hijos, sino que también les ayudarán a desarrollarse física, mental y emocionalmente. Las mascotas pueden aumentar la autoestima y la confianza de todo el mundo, no solo de los niños. Cuidar a un animal y ser responsable de él aumenta la sensación de ser una persona valiosa y tener un propósito vital. Se ha demostrado que simplemente jugar con tu perro o acariciar a tu gato puede ayudar a disminuir el estrés en personas adultas y distintos estudios han demostrado que los niños que tienen mascotas tienen una autoestima mucho más alta que aquellos que no. Esto es probablemente porque sus amigos peludos les aman incondicionalmente y siempre pueden hablar con ellos cuando se sienten solos. No hay consuelo mayor cuando te sientes asustado, triste o solo que acurrucarte con tu perro y contarle todo lo que te pasa. Más aún, tener una mascota es una oportunidad fantástica para enseñarle a ser responsable y, aunque no podrás encargar a un niño que se responsabilice totalmente del cuidado de un animal, podrás enseñarle a querer y a prestar la atención adecuada a su mascota.

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Puedes enseñar a tu pequeño la importancia de dar de comer a su mascota, de asegurarse que tiene agua limpia y de ofrecerle mucho amor y atención. Esto le permitirá entender lo que es la responsabilidad y aumentará su autoestima. En particular, podrás enseñar a tu hijo la importancia de ser amable y cuidadoso, valores que serán importantes para aumentar su confianza en sí mismos y su autoestima. Cuidar de una mascota es también una forma genial de enseñar a los chicos el arte de cuidar de otro ser, aunque el hecho de cuidar de un animal no es algo específico de un solo género. Cuando tienen 8 años, la mayoría de las niñas ya han jugado a las casitas y han practicado el arte de cuidar y criar a una muñeca, mientras que los niños no juegan a ese tipo de cosas. En este sentido, tener la oportunidad de cuidar de un animal da a los niños la oportunidad de desarrollar su lado más cariñoso.

Tener una mascota también promueve el desarrollo físico, dado que anima a los niños a jugar fuera de casa (especialmente en el caso de los perros). No solo tu hijo correrá junto a su cachorro, sino que tirarle una pelota o un frisbee constituirán juegos que facilitarán su desarrollo físico y el aumento de su coordinación. Por otro lado, cuidar de un hámster o un jerbo de una manera dulce también le ayudará a mejorar su coordinación y su desarrollo. A la hora de promover el desarrollo mental de los niños, los estudios han mostrado que las mascotas pueden ayudar a los niños que tienen problemas para leer simplemente escuchándolos.

Esto es verdad. A los niños les resulta más fácil leer y practicar esta habilidad tan importante cuando les escucha un ser que no les va a juzgar. ¿Quién mejor para escucharles que la mascota familiar? Se ha demostrado que tener una mascota también les ayuda a desarrollar sus habilidades sociales proporcionándoles temas con los que hablar con otros niños. De hecho, las investigaciones sugieren que un niño tiene más probabilidades de acercarse a otro que esté acompañado de un animal. En este sentido, tener un animal no solo ofrece a tu hijo un tema del que hablar, sino que le ayuda a conocer a otros niños y a sociabilizarse.

12.22 Planta unas cuantas verduras.

A los niños les encanta todo lo que tiene que ver con la naturaleza y el aire libre, desde hacer agujeros en la tierra hasta cazar insectos. Jugar fuera es una de sus cosas favoritas. La jardinería es una gran plataforma de aprendizaje. No solo es la jardinería una forma genial de enseñar a los niños a contar y a escribir, pero también para aumentar su autoestima, su sentido de la responsabilidad y su resistencia. Contar las patatas que hayas cosechado y escribir los nombres de las plantas en los paneles son formas geniales de enseñarle a contar, a leer y a escribir.

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La jardinería enseña a los niños los misterios de la naturaleza. Enseñarles cómo las semillas se convierten en plantas y cómo de ellas surgen flores, frutas o verduras que te puedes comer es una gran experiencia de aprendizaje. Enseñar a tu hijo a regar las plantas y a ser responsable de ellas les hace sentirse importantes y aumenta su autoestima. Ver que esa planta crece y después ser capaces de comerse esa patata o tomate que ellos han cuidado les ayudará a aumentar su confianza en sí mismos. Por otro lado, tener que lidiar con la muerte de alguna planta o con el hecho de que algún gusano o animal se las coma también ayudará a los niños a entender el ciclo de la naturaleza y les enseña a lidiar con la pérdida. Pero lo más importante es que tu hijo pasará tiempo contigo al aire libre.

12.23 Lee libros gruesos con argumentos complicados y palabras largas.

Leer una historia, juntos, es una buena manera de forjar vínculos con tus hijos. Cuando tu bebé se vuelva móvil y llegue a la niñez, correrá por la casa y será más independiente, por lo que cogerle para darle un abrazo rápido será más difícil y pasaran menos tiempo juntos. Sentarte con él en la cama para leerle una historia antes de que se duerma te ayudará a reforzar tus vínculos con él y a compartir cosas con tu hijo. Todos sabemos que leer a tu hijo potencia su desarrollo mental y emocional y distintos estudios muestran que hacerlo aumenta su capacidad de aprendizaje. Leer a tu hijo también le ayudará a desarrollar sus habilidades lingüísticas, así como su capacidad para escuchar y expresarse. Enseñar a tu hijo cómo sentarse tranquilamente mientras lees la historia es una habilidad importante que todos los niños deben aprender. También aprenderá a expresarse de forma efectiva siendo testigo de las interacciones que presentan los personajes de la historia. Leer libros con líneas difíciles y argumentos complicados ayudará a tu hijo a desarrollar habilidades complejas de pensamiento, aumentando sus habilidades para entender conceptos abstractos, reconocer las causas y los efectos y a hacer uso de su buen juicio.

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Cuando eliges un libro más largo de lo habitual, puede que tardes varias noches en leérselo, por lo que tu hijo querrá saber cuál es el final y esperará ansiosamente a que llegue el momento de sentarse contigo y volver a escucharte. Los argumentos complicados y su anticipación también estimularán la curiosidad y la imaginación de tu hijo. Este tipo de libros habitualmente están dirigidos a niños más mayores, por lo que descubrirás que el vocabulario que utilizan está un poco por encima del nivel que tiene actualmente tu hijo. Siempre y cuando animes a tu hijo a preguntarte todo aquello que no entienda, este tipo de lecturas pueden ser muy beneficiosas para su creciente vocabulario. Seguir un argumento complicado también les ayuda a desarrollar su razonamiento abstracto y su capacidad de entendimiento.

12.24 Cocina y haz pasteles juntos.

A todos los niños les encanta la comida y hacer dulces es una forma especialmente divertida de pasar en casa una tarde de lluvia. Cocinar juntos es una actividad que te ayuda a crear vínculos con tus hijos y tiene además una recompensa muy sabrosa al final. Además, te proporciona también la oportunidad de enseñarle cosas. Darle a tu niña la oportunidad de cocinar contigo le permitirá sentirse parte de algo importante y más grande que ella misma. Se sentirá más responsable cuando le encargues tareas determinadas, como verter la leche en un bol o abrir un paquete de algo. Aumenta su sentido de la responsabilidad y también su confianza en sí mismo, dado que sabe que tú piensas que puede hacerlo. Cuando enseñe las magdalenas que habéis hecho a su padre y pueda decir que las ha hecho también ella, aumentará su confianza en sí misma. No solo eso, sino que es una forma de conseguir que tu hija te cuente lo que le ha pasado ese día, sus experiencias, sus deseos y sus miedos. Cuando está ocupada cocinando, su mente se encuentra relajada y abierta, por lo que es más probable que comparta más información contigo en este momento.

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Cocinar y hacer pasteles también son actividades que te permiten enseñarles a tus hijos habilidades específicas. Puedes pedir a tu pequeño que te acerque una cebolla, dos tomates y tres rodajas de queso. Un niño más mayor también podrá ver que ¼ de taza es menos que ½ taza y que una cucharada equivale más o menos a 5 ml. Hacer pasteles también le enseña conceptos básicos de química, como la increíble transformación que atraviesa una mezcla de harina, agua y huevos hasta convertirse en una galleta o cómo las nubes de azúcar cambian de color cuando se calientan, por ejemplo.

Cuando animas a tu pequeño a cocinar contigo, le animas de forma natural a probar nuevos alimentos. Puede incluso que te des cuenta de que empieza a comer más frutas y más verduras y puedes enseñarle a disfrutar de alimentos más sanos. De hecho, puedes utilizar este tipo de actividades para enseñar cosas a tu hijo sobre las distintas culturas y las diferentes comidas que hay en el mundo. Puedes incluso realizar días temáticos en los que eliges un país y cocinas un plato típico de ese lugar. Puedes hacer que tu hijo aprenda más sobre el mundo en general cogiendo un atlas y enseñándole la gran cantidad de países y culturas distintas que existen. Más adelante, cuando hayáis acabado de cocinar, puede ayudarte a ordenar la cocina y, de esta manera, puedes seguir cultivando su sentido de la responsabilidad. Enorgullecerte del producto final que habéis hecho juntos también les ayudará a aumentar su confianza en sí mismos.

12.25 Planea vacaciones y fines de semana familiares.

Los fines de semana y las vacaciones son momentos para pasarlos en familia. Esto es especialmente importante cuando uno de los padres pasa mucho tiempo fuera de casa por cuestiones familiares. Incluso cuando ambos padres están en casa, los días laborables habitualmente están compuestos por distintas rutinas y muchas veces pueden ser muy estresantes. Por lo tanto, es muy importante, tanto para ti como para tu hijo, que tengan algunos “días de descanso”. Viajar y salir de casa aleja tu mente de todas las rutinas de la vida diaria y te recarga las pilas, al mismo tiempo que permite que tus hijos aprendan cosas de los lugares que visitan. Por lo tanto, planear viajes y vacaciones familiares es una parte muy importante de la tarea de criar a un niño feliz e inteligente.

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Planear juntos viajes de fin de semana o excitantes vacaciones familiares le da a toda la familia la oportunidad de tener algo positivo que esperar y es una buena oportunidad para relajarse y hacer cosas juntos, en familia. Cuando toda la familia va a realizar una excursión o va a irse de vacaciones junta, es importante escuchar lo que quiere hacer cada uno de sus miembros. No es bueno que arrastres a tu esposa y a tus hijas a pescar cuando a ellas no les gusta hacerlo. Aunque aprenderán una cosa o dos sobre los peces y la vida marina, probablemente no les resultará una experiencia muy divertida. Por lo tanto, es realmente importante que tengas en cuenta los intereses y los deseos de todos los miembros de la familia cuando planees tus viajes.

Reclutar la ayuda de tu hijo a la hora de planear vuestras vacaciones le da voz y voto y le hace sentir que tiene poder de decisión sobre la actividad que van a realizar. Escuchar sus deseos y tenerlos en cuenta a la hora de planear el viaje también les hace sentir valiosos e importantes. Si ya tienes las vacaciones planeadas, también es útil pedirles a tus hijos que piensen en cosas que podrían hacer mientras están en ese lugar. De esta manera, sienten que tienen algo que decir sobre ese viaje o esas vacaciones.

12.26 Escucha atentamente las opiniones de los niños.

Lo más valioso que puedes enseñar a tus hijos es que lo que tienen que decir y lo que sienten es muy importante. Escuchar lo que tu hijo tiene que decirte desde su más tierna infancia os abrirá muchas líneas de comunicación durante los difíciles años de su adolescencia. Por lo tanto, si tu pequeño tiene algo que decirte, deja de hacer lo que estés haciendo y escucha lo que tiene que decir. Dejando lo que estás haciendo y prestándole tu total atención, le dejarás claro que sus pensamientos, sentimientos y opiniones son importantes para ti. Por supuesto, no siempre te será fácil dejar todo lo que estás haciendo para escuchar a tu hijo. Esto es especialmente cierto cuando tienes un niño de tres años que parece reclamar toda tu atención desde que se despierta hasta que se acuesta.

Después de todo, tienes que hacer la cena y ocuparte de la casa. Lo más importante es que le hagas sentir que se le escucha, por lo que si estás ocupado y no puedes prestarle atención en ese momento, arrodíllate para poder mirarle a los ojos y díselo. Simplemente dile a tu hijo que estás realmente interesado en lo que tiene que decirte, pero que estás un poco liado en ese momento y que prestarle toda tu atención en un ratito es mejor que escucharle en ese momento mientras hace otras cosas. De esta forma, seguirá sintiéndose importante y aprenderá el arte de esperar para ser escuchado. Entonces, cuando tengas un momento libre, asegúrate de darle toda tu atención y escuchar lo que tenía que decirte.

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Escuchando realmente lo que tu hijo te está diciendo te dará la oportunidad de ayudarle a entender su mundo emocional, poniendo nombres a lo que está sintiendo. Por lo tanto, en otras palabras, puedes responder a su historia diciéndole: “Entiendo que te has enfadado cuando hemos cambiado el canal de la televisión sin consultarte”. De esta forma, aceptas sus sentimientos sin juzgarle y validas su experiencia, al mismo tiempo que le pones nombre a sus sensaciones (enfado). Es realmente importante que no intentes distraer a tu hijo de lo que está sintiendo o intentes negar su experiencia, simplemente porque te sientes incómodo con lo que está diciendo. Esto es muy fácil de hacer y lo hacemos todo el tiempo.

Cuando te diga lo enfadado que está con un amigo, intenta no decirle: “No deberías dejar que eso te molestara”. En vez de eso, intenta responderle de forma empática, diciendo: “Sí, entiendo la razón por la que esto te hizo sentir mal”. De nuevo, estarás validando su experiencia y le proporcionarás el lenguaje que necesita para entender sus emociones. Más aún, no tienes que sentirte como si siempre tuvieras que darle algún consejo o guía. Simplemente con escuchar su historia es más que suficiente. Algunas veces, lo único que queremos es que nos escuchen y a tus hijos les pasa lo mismo.

Escuchar a tu hijo significa que tienes que dejarles espacio para hablar libremente, por lo que puedes hacerle preguntas abiertas como: “Cuéntame más” o “Y después, ¿qué pasó?”. De esta forma, le animarás a seguir hablando. Esto demuestra a tu hijo que estás verdaderamente interesado en lo que te está contando. De vez en cuando, cuando sea apropiado, puedes compartir con él alguna de tus propias experiencias, demostrándole que puedes comprender sus sentimientos. Por lo tanto, puedes decirle: “Sí, yo también me enfado cuando no puedo ver el programa que me gusta”.

De hecho, cuando compartes algunos de tus sentimientos con tu hijo (siempre cuando sea apropiado), le permites tener más confianza para expresar sus propios sentimientos. Por lo tanto, diciéndole que estás preocupado porque el perro está enfermo, le darás la confianza que necesita para compartir contigo los sentimientos que le inspira su querida mascota. Esta comunicación hace que le parezca bien hablar de esos temas y sentirá que sus sentimientos serán aceptados completamente.

12.27 Evita las comparaciones.

Como hemos dicho anteriormente, no hay dos niños iguales y tu hijo es un ser único que tiene sus propias virtudes y atributos. Por lo tanto, hacer comparaciones entre tu hijo y otro niño (independientemente de su es su hermano, su primo o, incluso, uno de sus amigos), tendrá consecuencias negativas para ambos. De hecho, comparar a tu hijo con su hermano solo servirá para iniciar una rivalidad entre ambos que será muy perjudicial para la familia.

Por lo tanto, cuando haces comentarios tales como: “¿Por qué no puedes limpiar tu habitación como lo hace tu hermana?” o “¿Por qué no puedes parecerte más a Sally?”, le dices a tu hijo que esas personas son mejores que él y acabar recordándole los problemas que tiene para hacer algo de una manera que aumentará sus celos y su sentido de la competitividad.

Esto es lógico y muchos padres intentan resistirse todo lo posible a hacer comparaciones negativas entre su hijo y otro niño. En su lugar, intentan decirle cosas positivas como: “Has sido mucho más bueno que Sam hoy”. Pero, aunque esto parece algo relativamente inocente y la intención de los padres es aumentar la autoestima del niño, este tipo de comentarios también puede hacerles daño. Cuando haces comentarios como esos, le dices a tu hijo que es el modelo que deben imitar el resto de los niños y espera que los demás también se comporten según esos estándares.

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Hacer comparaciones entre tus hijos es algo natural cuando estás intentando averiguar cuáles son sus puntos fuertes y sus debilidades. En este sentido, es fácil que te refieras a uno de tus hijos como el creativo, mientras que el otro es el académico, por ejemplo. Pero, aunque no quieras hacerles daño, estás realizando una comparación implícita en el que uno es mejor que el otro. Es importante que todos los padres se den cuenta de que cada niño tiene virtudes y puntos fuertes que le hacen ser único.

En esencia, los padres deben evitar centrarse en los atributos que los demás consideran importantes. Si tu bebé todavía no ha aprendido a andar todavía y ya tiene un año, eso no significa que esté algo retrasado. Si tu hijo de tres años todavía no puede contar hasta 20, eso no significa que no pueda tener éxito académico en el futuro. Estas son “normas” sociales y hacen que sea difícil para los padres advertir las cualidades únicas que su hijo tiene.

Las comparaciones con otros niños solo te permitirán ver los defectos que pueda tener tu hijo y muy pocas veces le enviarán mensajes positivos de aceptación. Si te centras en demostrar a tu hijo lo único y especial que es, entonces le estarás diciendo que le aceptas por la persona que es, algo muy importante para promover una autoestima positiva.

12.28 Empatiza y redirige las creencias inexactas.

Por lo tanto, incluso cuando has trabajado duramente para evitar establecer comparaciones entre tu pequeño y sus hermanos, puede que te pregunte por qué no puede dibujar tan bien como su hermana, realizando él mismo esa comparación que tú has intentado evitar. Si esto te pasa, respóndele de forma empática y redirige su atención a sus virtudes únicas. Por ejemplo, puedes decirle: “Sí, tu hermana dibuja muy bien, pero tú lanzas la pelota muy bien”. Haciendo eso, reconoces que ambos tienen habilidades muy especiales y ninguna es más deseable o mejor que la otra. Enseñarás a tu pequeño a valorar sus virtudes y a aceptar que otras personas pueden tener puntos fuertes diferentes a los suyos.

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Evita que tu hijo piense cosas negativas sobre sus habilidades. Dudar de uno mismo es algo muy perjudicial para su autoestima y para su confianza en sí mismo. Por lo tanto, si descubres que tu hijo se siente triste y dice cosas como: “No leo demasiado bien, soy muy mal estudiante”, préstale atención y esfuérzate para acabar con esta creencia negativa. Ayúdale a ver sus virtudes y sus limitaciones de forma realista y a aceptar ambos extremos de su personalidad. Puedes responderle empáticamente diciendo cosas como: “Tienes dificultades para leer, pero tienes mucho éxito haciendo otras cosas. Eres un buen estudiante cuando te esfuerzas en hacer bien las cosas. Veamos lo que podemos hacer para que leas mejor”. Esta respuesta se adecúa a sus sentimientos y valida su dificultad para leer, mostrando que aceptas que él pueda tener problemas con esa tarea. También le indica que esa limitación no le define como estudiante y que, al final del día, es el esfuerzo el que cuenta, no el producto final.

Esto enseña a tu hijo que todo el mundo tiene sus virtudes y que todo el mundo tiene que enfrentarse a sus limitaciones. También enseña a tu hijo a aceptar ambas cosas y a asumir que no tienes que ser siempre brillante en todo lo que haces para sentirte bien contigo mismo. Enseñarle a aceptarse a sí mismo es un factor clave a la hora de criar un niño brillante y con autoestima.

12.29 Dales apoyo.

Los componentes básicos de la inteligencia emocional (creer en uno mismo, confiar en uno mismo y tener autoestima) se promueven a través del apoyo y el ánimo. Este tipo de apoyo comunica a tu hijo que le aceptas. Le dice que estás viendo cómo se esfuerza y que crees que puede conseguir lo que se proponga. El apoyo y el ánimo significan transmitirle un sentimiento positivo en relación con el progreso, el esfuerzo y el camino que está recorriendo, sin que nos fijemos tan solo en los logros que haya podido conseguir.

De hecho, se ha demostrado que alabar un logro fija una forma de actuar que le dice al niño: “Solo me siento orgulloso de ti cuando logras algo”. En algunos casos, puede que los niños no quieran intentar hacer nada porque creen que van a fracasar y prefieren evitar decepcionar a sus padres. En este sentido, es vital que animes a tu hijo a intentar hacer cosas y que le alabes por sus esfuerzos, independientemente del final que tengan.

Cuando alabas los esfuerzos de tu hijo, les comunicas que lo que importa es intentarlo y será más probable que tu pequeño vuelva a intentar hacer algo en el futuro, aunque no consiguieran su objetivo la primera vez que trataron de hacerlo. En este sentido, si ves que tu hijo está teniendo problemas a la hora de leer, intenta no corregir su pronunciación todas las veces que se equivoque y, en vez de eso, di algo como: “Es genial que te estés esforzando tanto en leer, aunque tengas problemas para hacerlo”. Esto transmite la aceptación de la dificultad y le anima a continuar esforzándose hasta que lo consigue. Tu hijo se sentirá bien consigo mismo, aunque no esté teniendo demasiado éxito en esa actividad.

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Por lo tanto, existe una gran diferencia entre alabar y apoyar. Por un lado, alabar significa celebrar la consecuencia de un comportamiento, un logro, mientras que darle apoyo significa recompensar al niño independientemente de si consigue algo o no.

Recuerda que centrarse en el logro puede hacer que tu hijo sienta que solo es valioso para ti cuando tiene éxito. Alabar solo sus éxitos hará que cada vez sienta más presión para conseguir cosas, unas expectativas con las que le resultará difícil vivir en el futuro. Es perjudicial para su autoestima, dado que cuando llegue el fracaso (algo que será inevitable, ya que todos fracasamos alguna vez), se sentirá inútil y pensará que no es lo suficientemente bueno. Tendrá limitaciones (todos las tenemos) y necesita saber que es una persona valiosa incluso cuando no ha tenido éxito en lo que quería hacer. Motivarle para que se esfuerce o para que lo intente le transmite que reconoces su valía independientemente del éxito que tenga y le enseña que el esfuerzo es lo importante.
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12.30  ¡NO FINJAS: Los bebes saben cuándo los engañan!

Olvida poner cara de “aquí no pasa nada” cuando sí pasa. A partir de solo 18 meses de edad, el cerebro de los niños procesa lo que ven y son capaces de distinguir la veracidad o la falsedad de nuestras expresiones emocionales (de los padres o personas a su alrededor). Por ejemplo, cuando la madre sonríe para ocultar una experiencia negativa a los niños, en realidad no es una buena idea, ya que ellos relacionan de manera instintiva las situaciones o eventos con el tipo de emoción que estos generan. El cerebro de los niños procesa lo que ven y pueden captar lo que de verdad sentimos.

Este estudio fue realizado en el 2013 por Sabrina Chiarella y Diane Poulin- Dubois, investigadoras de la Universidad Concordia de Montreal, y publicado en Infancy, revista oficial de la International Society on Infant Studies y que señala que los bebés no pueden ser engañados en ese sentido, haciéndoles creer que algo que causa dolor, como martillarse un dedo, producirá alegría.

En un laboratorio, el estudio se realizó con 92 niños de entre 15 y 18 meses a los que se les colocó frente a un actor que interpretaba diferentes situaciones, expresando emociones coincidentes o no con ellas:

- En una acción el actor se mostró triste cuando se le presentó un juguete deseado en una ocasión (emoción no coherente)

- En otra acción el actor expresó dolor cuando se hizo como que se le hacía daño en el dedo (una emoción coherente)

- En otra acción el actor se martilla un dedo creer y se muestra como si esto le produjera alegría (emoción no coherente)

Como resultados, los bebés de 15 meses que aún no eran capaces de diferenciar la verdad o la falsedad mostraron empatía por todas las caras tristes de los actores a través de las propias expresiones faciales de los bebés.

Los bebés de 18 meses detectaron claramente la no relación (emoción no coherente) entre las expresiones faciales y las situaciones. Esto se notó en que en estos casos ellos pasaron más tiempo observando la cara del actor. Al mismo tiempo miraban más a menudo a sus cuidadores presentes, como buscando la “opinión” de ellos sobre lo que pasaba, para saber si podían fiarse de la expresión del actor. Y adicionalmente se observó que los niños de esa edad no mostraron empatía con el actor cuando su cara de tristeza o alegría no estaba realmente justificada, esto es, cuando mostraba una emoción no coherente con el evento presentado.

Según las conclusiones del estudio, los bebés saben cuándo se les engaña; y la confianza y la empatía de tus bebés podrían perderse si intentas engañarlos u ocultarles tus sentimientos. ¡Los bebés son muy listos!

(Fuente: http://www.concordia.ca/cunews/main/stories/2013/10/16/babies-know-whenyourefakingit.html )

12.31 El Nombre que le des a tu hijo puede afectar su personalidad.

Con frecuencia, lo primero que los extraños aprenden sobre nosotros es nuestro nombre. Veamos ahora cómo el nombre que nos dieron nuestros padres afecta la percepción de los demás de maneras sorprendentes.

Si bien es posible que no hayas pasado mucho tiempo pensando en ello, tus padres han moldeado quién eres. Ya sea que sus padres fueran estrictos o laxos, cariñosos o distantes, generosos o frugales, lo ha impactado irrevocablemente. A menos que seas “Un niño llamado Sue” (A Boy Named Sue), inmortalizado por el exitoso sencillo de Johnny Cash, no has pensado cómo el nombre que te dieron tus padres ha impactado tu personalidad e interacciones sociales?.

Antes del nacimiento de su hijo, muchos padres luchan con el nombre de su descendencia. Hay innumerables libros en el mercado dedicados a este tema, que enumeran los nombres de niños y niñas, su significado e incluso los clasifican por popularidad. Claramente, en un nivel subconsciente, los padres se dan cuenta del significado del nombre que eligen para su hijo. La mayoría de los padres, sin embargo, no conectan los puntos entre el nombre de su hijo, la percepción social del nombre y cómo eso puede dar forma al tipo de persona en que se convierte su hijo.

Names-IQ

David Zhu investiga la psicología de los nombres en la Universidad de Arizona y cree que, dado que los nombres se usan a diario para identificar y comunicarse con las personas, es la base del concepto de sí mismo de un individuo, particularmente en relación con los demás.

Nuestro nombre es solo uno de los muchos factores que dan forma a nuestras personalidades. Uno de esos factores es nuestra herencia genética. Otros incluyen experiencias de la infancia, que juegan un papel importante, las personas con las que nos relacionamos, nuestros amigos, nuestras familias, nuestro trabajo y los roles que asumimos en la vida. Con todos estos factores en juego, es fácil pasar por alto el papel que tiene nuestro nombre en la ecuación. Después de todo, nuestro nombre ha estado con nosotros desde el nacimiento y, a menos que lo cambiemos, permanece con nosotros hasta nuestra muerte y más allá.

Nuestro nombre puede revelar aspectos de nuestra etnia o herencia cultural, lo que puede ser problemático en un mundo plagado de prejuicios sociales. Por ejemplo, los estudios realizados por investigadores estadounidenses después del 11 de septiembre encontraron que los currículos que contenían nombres que suenan en árabe atrajeron entrevistas a una tasa menor que la de currículos similares antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Esto es sumamente injusto, especialmente porque el nombre de uno no es un signo definitivo de etnicidad, origen nacional o herencia cultural.

La influencia del nombre de uno no termina con el ejemplo anterior. Otras consecuencias no deseadas son posibles. Es importante entender que incluso dentro de una cultura homogénea, los nombres pueden ser comunes o raros, atractivos o pasados de moda (incluso desagradables), y los nombres pueden tener connotaciones negativas o doble significado. Un ejemplo reciente es el nombre Karen, que ocupó el puesto 831 en popularidad en 2020, su clasificación más baja desde 1927 porque se asoció con mujeres blancas insoportables, beligerantes, racistas y de mediana edad.

La investigación psicológica realizada a principios de la década de 2000, dirigida por la psicóloga estadounidense Jean Twenge, reveló que las personas insatisfechas con sus nombres mostraban un ajuste psicológico deficiente en comparación con sus compañeros que estaban contentos con sus nombres. Twenge sugirió que esto se debía a que la falta de autoestima hacía que no les gustara su nombre o, por el contrario, que no les gustara su nombre era un factor en su falta de autoestima. Twenge y su coautor escribieron, "el nombre se convierte en un símbolo del yo".

Un estudio alemán de 2011 realizado por Jochen Gebauer de la Universität Mannheim y otros colegas, que incluían a Wiebke Neberich, encuestó a los usuarios de un sitio de citas para determinar si hacían un seguimiento de posibles citas en función de sus nombres. Los investigadores encontraron que las personas con nombres pasados de moda, como Kevin, fueron rechazadas con mayor frecuencia que las personas con nombres de moda.

Si la situación de las citas representa cómo se trata a las personas durante su vida, entonces uno puede ver cómo los nombres influyen en la forma en que se trata a las personas y las moldean en las personas en las que finalmente se convierten. Estudios alemanes recientes encuentran que es menos probable que los participantes ofrezcan ayuda a extraños con nombres calificados negativamente. En este estudio reciente, Cindy y Chantal fueron los nombres que recibieron la calificación negativa más alta, mientras que Sophie y Marie recibieron la calificación positiva más alta.

Los nombres influyen en la forma en que se trata a las personas y las moldean en las personas en las que finalmente se convierten.

Es poco probable que una persona que se enfrenta a un rechazo repetido por su nombre se convierta en una persona cálida y confiada con una gran simpatía en términos de rasgos de personalidad. Esto se vio reforzado por el estudio de citas, que encontró que los miembros del sitio con nombres pasados de moda eran rechazados con mayor frecuencia, tenían menos educación y sufrían de baja autoestima. En resumen, no les fue diferente en el sitio de citas que en la vida real.

El trabajo reciente de Huajian Cai y sus asociados en el Instituto de Psicología de Beijing involucró la verificación cruzada de cientos de miles de nombres por su riesgo de estar asociados con actividades delictivas. El estudio, que contó con controles para suprimir los factores demográficos, encontró que las personas con nombres impopulares y/o nombres con connotaciones negativas tenían más probabilidades de haber sido condenadas por un delito. El estudio de Cai refuerza los paralelismos entre el comportamiento delictivo y los nombres negativos o impopulares, que exponen a las personas al rechazo social. Este rechazo puede aumentar los riesgos de que estas personas desarrollen una personalidad desagradable.

Los nombres tienen consecuencias, afectando cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos y cómo somos tratados por los demás. Cai dice que dado que un buen nombre tiene el potencial de producir resultados positivos y un mal nombre tiene el potencial de producir resultados negativos, los padres deben darle a sus hijos un buen nombre en el contexto de su cultura.

Los estudios que hemos examinado apuntan a costos posiblemente dañinos para aquellos a quienes se les ha dado un nombre negativo o impopular. Sin embargo, hallazgos recientes también sugieren consecuencias beneficiosas para los nombres sonoros que fluyen con facilidad o tienen cualidades melodiosas, como Marla o Miranda, a diferencia de los nombres abruptos como Rick o Max. Las personas asocian cualidades agradables con nombres sonoros, lo que puede dar una ventaja a aquellos con nombres melodiosos sobre aquellos con nombres abruptos.

Si bien a corto plazo, un nombre poco común puede resultar una desventaja, pueden existir ventajas a largo plazo. Por ejemplo, aunque un nombre poco común puede correr el riesgo de un mayor rechazo y una menor simpatía, un nombre poco común a largo plazo puede aumentar el sentido de singularidad y autoestima. El equipo de Cai en el Instituto de Psicología de Beijing descubrió que los nombres raros a menudo se asociaban con carreras inusuales, como jueces y directores de cine.

Los investigadores dicen que los nombres únicos en las primeras etapas de la vida pueden generar identidades únicas, impulsando a un individuo a estar motivado por lo distintivo, empujándolo hacia una elección de carrera inusual que coincida con su identidad. Esto recuerda al determinismo nominativo, la teoría de que uno puede estar predispuesto a actividades que reflejan o evocan su nombre.

La investigación de Zhu en la Universidad Estatal de Arizona parece reflejar la investigación de Cai en el Instituto de Psicología de Beijing. Después de que Zhu y su equipo cotejaran los nombres de los directores ejecutivos en más de mil corporaciones, descubrieron que cuanto más raros eran sus nombres, más singulares eran las estrategias comerciales que estos directores ejecutivos perseguían. Las explicaciones que Zhu y Cai brindan para este resultado son similares, ya que tanto Zhu como Cai sugieren que el nombre poco común fomenta el concepto de que difieren de sus pares, lo que los motiva a buscar estrategias no convencionales. En definitiva, los nombres inusuales nos moldean para ser más creativos y abiertos a las posibilidades.

Los nombres nos moldean para ser más creativos y abiertos a las posibilidades

Como futuro padre, puede preguntarse si sería prudente optar por un nombre común para aumentar la popularidad, la simpatía y la oportunidad de éxito de su hijo, o si darle un nombre único o inusual para reforzar su autoestima. individualidad y creatividad.

Como nos recuerdan los investigadores Zhu y Cai, tanto los nombres populares como los únicos están asociados con ventajas y desventajas. Los futuros padres deben sopesar los pros y los contras antes de nombrar a su hijo.

Tal vez la solución sea elegir un nombre común que se pueda cambiar fácilmente por un apodo más distintivo. De esta manera, dice Zhu, su hijo encontrará aceptación y simpatía a corto plazo, pero como padre, es importante reforzar las cualidades únicas del niño para obtener beneficios a largo plazo.


 

 
Summary


● Para la mayoría de los niños, la habilidad para percibir, controlar y evaluar las emociones (inteligencia emocional o EQ) es más importante que su inteligencia (CI) a la hora de tener éxito en sus vidas y en sus respectivos trabajos. En el mundo real, no es la gente más inteligente la que tiene más éxito o la que es más feliz.

● Recuerda que el desarrollo en la niñez se basa en proporcionar al cerebro del niño las conexiones apropiadas que necesita a través de la experiencia. Por lo tanto, cuantas más oportunidades tengas para fijar en el cerebro de tu hijo respuestas empáticas, más impacto tendrán estas conexiones en el cerebro de tu hijo. Así podrás criar a un niño emocionalmente inteligente que tenga una buena autoestima y una gran confianza en sí mismo.

● La autoestima y la confianza en uno mismo son componentes esenciales para criar a un niño brillante. De hecho, la autoestima se vincula estrechamente a la obtención de puntuaciones más altas en los tests de CI, por lo que debemos centrarnos en desarrollar la autoestima de nuestros hijos si queremos que tengan éxito en la vida.

● Una de las cosas más importantes que ayudan a un niño a desarrollarse emocionalmente y a tener una buena autoestima es la relación que tiene con sus padres. El vínculo que se forma entre los padres y el hijo se convierte en los cimientos desde los que se construyen los edificios del aprendizaje. Los padres necesitan crear un vínculo fuerte con sus hijos a través del amor incondicional que le dice a su pequeño que el mundo es un lugar seguro y predecible donde siempre serán aceptados y cuidados.

● Factores como ser atento, consistente, fijar límites y utilizar una disciplina positiva contribuirán a formar un vínculo fuerte entre los padres y sus hijos y les ayudará a tener una buena autoestima.

● Jugar con tu hijo desde que nace es también una forma positiva de estrechar tus vínculos con tu pequeño. Tener conversaciones importantes con tu hijo y jugar con él de forma apropiada te ayudará a fortalecer vuestra relación y enseña a tu hijo habilidades muy valiosas. Es importante que le animes a asumir riesgos y a explorar el mundo que le rodea, así como que lidies positivamente con sus errores cuando estos se produzcan.

● Es muy importante que interactúes con tu hijo, independientemente de su edad, de forma que le transmitas tu amor, tu respeto y tu aceptación. Sentirse seguro, aceptado y querido forma las bases de su autoestima y su confianza en sí mismo.

● Evita las comparaciones. Debes centrarte más en tu hijo aceptando que es una persona única y especial y debes demostrarle que le aprecias y le quieres por sí mismo, algo que es muy importante para promover una sana autoestima. Es importante que los padres se den cuenta de que cada niño tiene virtudes y puntos fuertes que le hace único.

● Sentarte con él en la cama para leerle un cuento mejorará vuestra relación y os ayudará a compartir algo de tiempo todos los días. Todos sabemos que leer cosas a tu hijo mejora su desarrollo mental y emocional y los estudios muestran que tu hijo aprenderá mejor en el futuro si haces esto.

● Los componentes básicos de la inteligencia emocional (creer en uno mismo, tener confianza en uno mismo y gozar de autoestima) se promueven a través del apoyo y del ánimo. Dar ánimo y apoyo significa dar una respuesta positiva al progreso, al esfuerzo y al viaje que hace el niño, no solo al logro que pueda alcanzar.